Mateo 6:32-33

Mateo 6:32-33

jueves, 16 de abril de 2015

Libre de mi celular por Betsy Gómez

Libre de mi celular
por Betsy Gómez

Un tiempo atrás, estaba orando como el salmista : “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos” (Salmo 139:23).Estaba pidiéndole a Dios que me mostrara cómo estaba mi caminar delante de Él, y mientras también meditaba en el contenido de un programa del ministerio de Aviva Nuestros Corazones titulado “Cómo evitar la atadura de la adicción” fui muy confrontada. Allí también decía que muchas veces aquellos que son adictos no pueden darse cuenta de su condición.
Me fui a la cama y en la quietud de la noche sin poder dormir, me di cuenta de que recientemente mi vida ha estado muy centrada en mi celular, y que me he vuelto adicta a las conversaciones en Whatsapp, las discusiones en los grupos, a las notificaciones de Facebook, Twitter…
Pude verme, mientras jugaba con mis hijos o almorzaba en familia, con el celular muy cerca; yendo a todas partes con él, ¡literalmente a todas! En ocasiones me encontraba usándolo al manejar y frecuentemente deteniendo el vehículo para contestar algo u opinar acerca de un tema. También me encontré tomándolo constantemente en los momentos libres, no porque hubiera sonado, sino porque quería saber si me había perdido de algo.
Aunque no me concentraba en aquello realmente importante, me mantenía actualizada de las fotos de mis amigos y aun de personas que ni conozco. Me di cuenta de que estaba perdiendo el interés en establecer conversaciones reales con la gente que amo, porque resultaba más fácil chatear, dar un “me gusta” o comentar. Al final terminaba sintiéndome tan saturada e intoxicada, con mil historias en mi mente para darle seguimiento y con las cuales estar conectada.
No creo que el problema sean las redes sociales, pues, como decimos en mi país, “la fiebre no está en la sábana”. Cuando las redes son bien utilizadas, resultan de gran beneficio (¡es muy probable que llegaste a este artículo por las mismas redes!). Sin embargo, debemos aprender a hacer un buen uso de las mismas. Si no lo hacemos, puede que lo mejor es que dejemos de usarlas.
¿Dónde está el problema real, entonces? Está en mí y en mi corazón, que no anhela a Dios por encima de estas cosas. Sin darnos cuenta, si bien encontramos un deleite real y profundo en Dios y su evangelio, dejamos que placeres efímeros de la carne nublen Su grandeza en estas vidas.
Hoy deseo, cual David, decirle a Dios:
“Oh Dios, Tú eres mi Dios; te buscaré con afán. Mi alma tiene sed de Ti, mi carne te anhela cual tierra seca y árida donde no hay agua”, Salmos 63:1.
Doy gracias a Dios que el evangelio me permite saber que Dios ama cada área de mi vida, no solo un compartimiento para los domingos. Ese mismo evangelio también dice que mis pecados han sido perdonados por la muerte de Cristo, y que ahora el Espíritu Santo que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en mí y me capacita para vivir una vida plena en Él (Romanos 8:9-11).
Con el propósito de regresar a mi vida real y disfrutar de mis momentos “aquí” y “ahora”, así como para enseñar a mis hijos que debemos derribar los ídolos que levantamos, y enfocarme en una relación más íntima con el Señor y con las personas que amo, he decidido apagar la data de mi celular y establecer horarios; fijando una cantidad de tiempo específica para usar las redes y revisar mis correos.
Recordemos que la Palabra nos dice:
“Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna”, 1 Corintios 6:12.
Para reflexionar: Si alguien monitorea aquellas cosas sin las cuales “no puedes vivir”, o que necesitas a cada instante, ¿cuáles serían los resultados? ¿Te habías dado cuenta de que puede estarse tratando de una adicción?
Fuente: http://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/libre-de-mi-celular
CONSEJOS PARA UN NUEVO
Aquí una recopilación de 10 verdades de la Escritura que, puestas en conjunto, son de ayudan a un recién convertido en sus primeros pasos en la fe. Por supuesto, estas cosas también se aplican a los que tenemos más tiempo siendo cristianos.

1. Asiste a la iglesia

El creyente debe entender la importancia de asistir a su iglesia local para la adoración, el compañerismo y para ser alimentado en la Palabra de Dios. La biblia es muy enfática en este tema, diciendo “no dejando de congregarse, como algunos tienen por costumbre”(He. 10:25). Es por eso que debes asistir a tu iglesia fielmente cada semana.

2. Lee tu Biblia

La fe del creyente es edificada y fortalecida a través de la palabra de Dios. Somos limpiados (Juan 15:3), alumbrados (Salmos 119:105), liberados del engaño (Juan 8:32) y sobre todo somos renovados en nuestro entendimiento (Ro. 12:2) por la constante exposición de las Sagradas Escrituras. Por lo tanto, debes desarrollar el hábito de la lectura diaria de la Biblia. Un consejo más: consigue una Biblia física; no es suficiente tenerla en tu celular.

3. Comparte tu fe

Antes de ascender al cielo, Jesús le dijo a sus discípulos “... Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mr. 16:15). Estas palabras se constituyen en un mandato a todos los creyentes en todas las épocas. El cristiano debe compartir su fe, predicando el evangelio y haciendo discípulos (Mt. 28:20). Esto tiene un valor especial cuando eres recién convertido, porque tienes un testimonio fresco; testimonio que debes cuidar (Mt. 5:16).

4. Abandona el pecado

El arrepentimiento implica una decisión voluntaria de apartarnos del pecado y abandonar los malos caminos. En este sentido, cuando los fariseos trajeron a Jesús una mujer sorprendida en adulterio, Jesús la despidió diciendo “¿Ninguno te condenó?...Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Jn. 8:10-11). Por eso debes marcar una distancia con los lugares, personas y todo aquello que te exponga al pecado. Mientras vas creciendo en santidad, es de vital importancia el alejarte lo más posible del pecado.

5. Busca un mentor

La figura de un mentor –puede ser tu pastor, un líder o quien te predicó el evangelio– es fundamental para guiar nuestros pasos. Los que nos preceden en la fe pueden ayudarnos a entender mejor las Escrituras, guiarnos, aconsejarnos y velar por nuestro crecimiento espiritual. Aunque siempre se necesita de un mentor, esto es de vital importancia al inicio de nuestra fe. Tener un predicador favorito en Youtube no se compara a tener un hermano más maduro cerca (Pr. 27:17).

6. Encuentra amistades cristianas

El rey Salomón decía “El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado” (Pr. 13:20). Los creyentes debemos rodearnos de personas que sean de testimonio y de una sana influencia en la fe cristiana.

7. Ora en privado

La vida devocional es importante para el caminar cristiano, y en ese sentido la oración es una disciplina indispensable para tu desarrollo. Junto a la lectura diaria, la oración privada es un hábito que determina y contribuye al crecimiento espiritual. Ambas deben ser practicadas desde muy temprano en la fe (Mt. 6:1-6).

8. Busca contenido que te edifique

De seguro tenías muchas cosas que escuchabas y veías en tu tiempo libre para divertirte. Ahora como creyente debes procurar que la Palabra de Cristo more en abundancia en ti (Col. 3:16), y esto incluye lo que cantas, escuchas, lees y ves. Por tanto, busca música que te edifique, páginas de internet donde puedas conocer más de Jesús y libros que te sean de alimento espiritual.

9. Recuerda el evangelio

En tu búsqueda por santidad, puede que te sientas tentado a olvidar el evangelio que te salvó. Pero debes entender que el evangelio no es lo básico de la vida cristiana, sino el centro. Cuando peques o cuando triunfes contra el pecado, recuerda el evangelio (2 Ti. 2:8).

10. Ama a Dios

Lo más importante que nuestras vidas deben exhibir es un amor genuino, constante y creciente por Dios. Jesús dijo que el mandamiento principal es amar “al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Mr. 12:30).
Fuente: http://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/consejos-para-un-nuevo-creyente

viernes, 10 de abril de 2015

La supereminente grandeza del poder de Dios


"Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos" 
Efesios 1:19

"La supereminente grandeza". Si, Señor, mas vasta y maravillosa de lo que mi pobre y finita mente puede concebir. Tu poder manda al sol soltar su radiante luz y calor; tu poder mantiene a las estrellas en el espacio y hace que la tierra cuelgue de la nada; ¡tu poder gobierna el universo con una sola palabra! ¿No es eso supereminente grandeza? Toda la Naturaleza muestra la obra de tus manos, y tu maravilloso poder puede verse igualmente tanto en las formas de vida y crecimiento mas pequeños como también en los desarrollos mas altos de tu mano creativa.Todos los descubrimientos de la ciencia, todas las revelaciones de sus secretos, las cuales tanto nos han sorprendido y deleitado, no son sino vislumbres del poder y la sabiduría infinitos del Dios cuyo amor es tan grande como su poder, y que no conoce medida ni fin.
- Susana Spurgeon.



Susannah Spurgeon

"¡Lo que ha hecho Dios!" (Nm 23:23). Puedo ver, con demasiada evidencia, la fealdad y deformidad que el pecado ha obrado en mi naturaleza, y los estragos que ha causado entre todas las criaturas que Dios había formado para si mismo. Si no hubiera sido por el mortífero pecado, aun ahora llevaríamos la imagen de Dios. ¿Acaso suplica el lirio su blancura, o el árbol su precioso follaje, o el Sol su esplendor? No. Ellos son tal como Dios los hizo; han mantenido su primer estado; y siguen siendo muy buenos (Gn 1:12) Pero el hombre, pecador, ha caído, y aquel que fue creado a la imagen de Dios está manchado y desfigurado por la maldad de su interior.

¡Ah, querido Señor! Cuando tu nos haces ver nuestro malvado corazón, el horror nos abruma, y enseguida nos veríamos conducidos a la desesperación si Tú no volvieras nuestros ojos de inmediato hacia ese maravilloso monte Calvario, donde Aquel que es "todo el codiciable" (Cnt 5:16) hizo la gran expiación que nos llevo de regreso a Ti. Esa preciosa sangre, que nos limpia de todo pecado (1 Juan 1:7), nos restaura la belleza que el pecado nos ha decomisado; su magnifico color carmesí no solamente cubre nuestra desfiguración, sino que también la quita y nos confiere el encanto que el Señor mira con agrado. 

Oh alma mía, ¿no deseas sobre todas las cosas que esa hermosura de la santidad (Sal 29:2; 96:9) pueda ser tu glorioso vestido? Entonces debes mantenerte muy cerca del Maestro, cerrando la puerta de tu corazón a todo lo malvado, y abriéndola de par en par a la llegada de su Espíritu Santo, quien, al revelarte a Cristo, te hará semejante a Él.
-Susannah Spurgeon

miércoles, 8 de abril de 2015

La Biblia no es una serie de historias desconectadas

La Biblia no es una serie de historias desconectadas

                                                       por Betsy Torres de Gómez
¿Te ha pasado al leer las historias de la Biblia (sobre todo en el Antiguo Testamento) que sólo puedes ver relatos desconectados uno del otro?
¿Qué tiene que ver el sangriento hecho de Caín y Abel con la tierna historia del nacimiento del Salvador?
El relato de Esther es una emocionante novela épica, pero cómo se relaciona con todo el dolor que experimentó Job o con las horribles plagas en Egipto. 66 libros que contienen cientos de historias y colores desplegados en cada página, pero de que se trata todo esto, por qué quiso Dios que fuera ese el contenido de Su carta de amor para nosotros.
La respuesta a esa pregunta ha revolucionado completamente la manera en la que me acerco a estudiar las Escrituras. En el momento que pude comprender que todo, absolutamente todo tiene que ver con un solo tema, se ha despertado un insaciable deseo por descubrir más y más.
Desde Génesis 1:1 hasta Apocalipsis 22:21 todo tiene un sólo tema y es ¡Jesús!
El (Cristo) es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten. Colosenses 1:15-17
Aquí te comparto lo que me motivó a escribirte, un video de Dan Stevers con una prédica de Tim Keller que explica muy claramente que la centralidad de toda la escritura es Jesús, cuando lo vi por primera vez sólo pude postrarme en adoración.
¿Dime si al verlo no despertó en ti deseos de acercarte a Cristo?
¡No te quedes pasiva!

Busca a Cristo en Su Palabra

Él quiere ser hallado, la Biblia guiarán tus pasos a conocer Su carácter, Su plan redentor, Su amor. No pierdas la grandiosa oportunidad de entrar en contacto diariamente con el Dios todopoderoso, soberano de toda la creación. Si no tienes un plan de lectura, escoge uno aquí o simplemente lee un par de versículos a la vez

Adora a Cristo

En la medida que lo conoces a través de la lectura Bíblica, no pases las páginas como quien lee un libro de historia, detente y haz un alto para adorar Su nombre, darle gracias, pedir perdón u orar por alguna área de tu carácter que necesita ser cambiada. La Biblia es la única carta que te permite interactuar con el autor de la misma, Él esta justo a tu lado mientras lees Su mensaje para ti. ¿No es eso maravilloso?

Comparte a Cristo con otros

Comparte con tus padres, tus amigas o con tu mentora lo que Dios te ha mostrado, cómo has visto a Cristo en lo que has leído y qué piensas hacer a partir de lo aprendido.

¿Más?

Si no has leído la Biblia para niños Historias de Jesús de Sally Loyd-Jones, te recomiendo. Aunque es dirigida principalmente para niños, he descubierto tesoros en ella, porque de una manera muy hermosa muestra cómo Cristo puede ser visto a través de toda la Biblia. Si quieres ver un ejemplo ve aquí: Cada historia susurra su nombre.
Busca a Jesús en su Palabra, experiméntalo, disfrútalo ¡VÍVELO!