Al tratar este tema me refiero tanto a hombres como a mujeres. Para los hombres es obvio. La necesidad de una guerra contra el bombardeo de tentaciones visuales que se centre en imágenes sexuales es urgente. Aunque en el caso de las mujeres sea menos obvio, esta necesidad es similar si incluimos el ámbito de la tentación a temas relacionados con la comida, la figura o fantasías relacionales. Cuando hablo de “lujuria” me refiero a la esfera del pensamiento, la imaginación y el deseo que llevan a conductas sexuales inapropiadas. Por tanto, a continuación he preparado un conjunto de estrategias para la guerra contra los deseos indignos. Las he puesto en la forma de un acrónimo: H I M N O S.
H – HUYE tanto como sea posible y razonable de los estímulos visuales y las situaciones que despiertan deseos indignos. Digo “posible y razonable” porque un cierto grado de exposición a tentaciones es inevitable. Y digo “deseos indignos” porque no todos los deseos de sexo, comida y familia son malos. Todos podemos distinguir cuando son indignos, sin propósito y camino de convertirnos en sus esclavos. Todos conocemos nuestras debilidades y las causas que las desencadenan. “Huir” es una estrategia bíblica. “Huye de las pasiones juveniles y sigue la justicia” (2 Timoteo 2:22). “No penséis en proveer para las lujurias de la carne” (Romanos 13:14).
I – IGNORA y di no a cada pensamiento lujurioso en menos de cinco segundos. Hazlo con la autoridad de Jesucristo. “En el nombre de Jesús, ¡NO!” No tienes mucho más de cinco segundos para hacer esto. Si no te opones a este pensamiento dentro de esos cinco primeros segundos, se aferrará a ti con una fuerza que lo hará prácticamente inamovible. Dilo en voz alta si te atreves. Se fuerte y pórtate como un guerrero. Como John Owen dijo, “Mata al pecado o el te matará a ti”. Ataca rápidamente y hazlo con fuerza. “Resistid al diablo, y él huirá de vosotros” (Santiago 4:7).
M – MIRA con la mente hacia Cristo con fuerza, como una satisfacción superior. Decir que “no” no será suficiente. Debes seguir tu defensa con una ofensiva. Lucha fuego contra fuego. Ataca las promesas del pecado con las promesas de Cristo. La Biblia llama a la lujuria “deseos engañosos” (Efesios 4:22). Porque ellos mienten. Prometen más de lo que pueden cumplir. La Biblia los llama “deseos de cuando aún permanecíais en la ignorancia” (1 Pedro 1:14). Sólo los necios ceden. “Y él en seguida fue tras ella, como el buey que va camino al matadero” (Proverbios 7:22). El engaño se vence con la verdad. La ignorancia se vence con el conocimiento. Ambos deben ser la verdad gloriosa y el pensamiento hermoso. Por eso escribí “Alegría Indestructible”. Nosotros debemos llenar nuestra mente de las promesas superiores y los placeres de Jesús y debemos mirar hacia ellos tan pronto como hemos dicho “¡NO!”
N – NO OLVIDES las promesas y los placeres de Cristo, mantenlos firmemente en tu mente hasta que expulsen las otras imágenes. “Considerad a Jesús, el Apóstol y Sumo Sacerdote de nuestra fe” (Hebreos 3:1). Esto es en lo que muchos sucumben. Rindiéndose demasiado pronto, diciendo: “Intenté expulsarlo pero no funcionó.” Y yo les preguntó: “¿Durante cuánto tiempo lo intentaste?” ¿Cuánto esforzaste tu mente? La mente es como un músculo, lo puedes ejercitar con vehemencia. Arrebatar el reino con violencia (Mateo 11:12). Se brutal. No olvides mantener la promesa de Cristo frente a ti. Aférrate a ella. ¡Aférrate a ella!. ¡No la dejes marchar! ¡Sigue aferrándote a ella! ¿Durante cuánto tiempo? Tanto como sea necesario. ¡Lucha! Por el amor de Dios, ¡lucha hasta que venzas! Si la puerta eléctrica de un garaje estuviera a punto de aplastar a tu hijo, te aferrarías con todas tus fuerzas y gritarías para conseguir ayuda, aferrándola, aferrándola, aferrándola, aferrándola.
O – OBSERVA cómo puedes disfrutar de una satisfacción superior. Desarrolla las capacidades para los placeres en Cristo. Una de las razones por las cuales la lujuria rige la vida de tantos es por el poco atractivo que tiene Cristo. Y caemos en la trampa porque no nos deleitamos mucho en Cristo. No digas, “Yo sencillamente no soy así.”. ¿Qué pasos has tomado para despertar este afecto por Jesús? ¿Has luchado por la felicidad? No seas fatalista. Fuiste creado para apreciar a Cristo con todo tu corazón – más de lo que aprecias el sexo o el azúcar. Si tienes escaso gusto por Jesús, otros placeres triunfarán. Suplica a Dios por las satisfacciones que no tienes: “De mañana sácianos de tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días” (Salmos 90:14). Y entonces mira, mira, mira a la Persona más espléndida del universo hasta que lo veas tal y como es.
S – SAL de tu inactividad o de otros comportamientos que te hacen vulnerable participando en alguna tarea útil. La lujuria crece rápidamente en el jardín del ocio. Encuentra alguna tarea productiva a la que te puedas dedicar y hazlo con todas tus fuerzas. “No seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor” (Romanos 12:11). “Estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano” (1 Corintios 15:58). Se abundante en tu trabajo. Ponte en marcha y haz algo. Barre tu habitación. Clava un clavo. Escribe una carta. Arregla un grifo. Y hazlo por amor a Jesús. Tú fuiste creado para manejar y crear. Cristo murió para hacernos “un pueblo celoso de buenas obras” (Tito 2:14). Reemplaza la lujuria engañosa por una pasión por buenas obras.
Luchando junto a ti,
John Piper
John Piper