Mateo 6:32-33

Mateo 6:32-33

miércoles, 18 de febrero de 2015

Administrando Mi Día Sabiamente / para chicas

Administrando mi día Sabiamente
por Albelina Reyes Gómez
“Enséñanos a contar de tal modo nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría." 
Salmos 90:12.
Has pensado o dicho alguna vez, "no pude hacer suficiente este día", o " tengo demasiadas cosas que hacer y muy poco tiempo". Estas son frases muy comunes. Tenemos mayor demanda de nuestro tiempo en el mundo, ya sea, por la familia, la universidad, el trabajo, el ministerio y tantas cosas que pueden llegar a poner todo fuera de control.
Tenemos que buscar sabiduría en Dios para administrar nuestro tiempo. Así como oramos por provisión, ayuda, etc. También, podemos orar para que seamos sabias. La preocupación que tenemos al pensar en los meses o años futuros son demasiados, esto nos puede llevar a tomar decisiones incorrectas. Jesús nos dice a través de Su Palabra: " Por tanto, no os preocupéis por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástele a cada día sus propios problemas." Mateo 6:34. Entreguemos nuestras cargas hoy, que el Dios del universo tiene el control de nuestro mañana.
Una de las cosas que disfruto hacer a inicio de cada año es salir a comprar mi agenda de planificación, me encanta escoger una entre los muchos diseños, formas y tamaños. Llevar una organización de lo que haré y anotarlo en el calendario es de mucha ayuda y puede ser divertido. El problema está cuando llenamos todo un día de listas de cosas para hacer y al llegar la noche, solo logramos realizar una pequeña parte de nuestro objetivo. Esto puede ocurrir por tantas razones, pero, quiero enfocarme en aquellos días en que no hemos podido tener un tiempo devocional o a solas con Jesús. Esta es la parte que quiero compartir con ustedes.
Podemos referirnos a un tiempo devocional como ese momento diario en que leemos la Palabra de Dios, meditamos en ella, oramos y adoramos a Dios. Esto es muy importante en la vida del cristiano, nos ayuda a crecer, madurar en la fé y conocer a nuestro Padre celestial. Son tantas las bendiciones que he encontrado en ese tiempo. Parte de ser sabias esta en no comprometer esto por nada ni nadie. Él debe ser nuestra prioridad.
Estas son algunas de las cosas que podemos experimentar y recibir en este momento de quietud con el Padre:

Transformación

Cada vez que Moisés subía al monte Sinaí a buscar a Dios, su rostro resplandecía, se veía diferente, y esto no solo se podía ver externamente, sino, también en su interior que iba cambiando. ( Éxodo 34:29)

Dirección

Daniel oraba 3 veces al día, en estos momentos encontraba respuestas de como actuar, y Dios le decía que hacer. ( Daniel 6:10)

Bendición

Abraham recibió promesas de parte de Dios, en una de estas ocasiones apartado, Dios le prometió que su descendencia sería innumerable. (Génesis 15:5)

Santidad

Noé, fue hallado justo. A pesar de que el mundo estaba alejado de Dios y en pecado, él no se contaminó. Noé vivía apartado. (Génesis 6:9)

Obediencia

El mejor ejemplo es Jesús, cuando fue a orar en el Getsemaní. Lo que aprendí de ese momento es como nuestro Señor en oración se sometió a la voluntad de Dios. (Lucas 22:42).
¿Que ideas tienes para administrar mejor tu día de manera que puedas pasar tiempo con Jesús? ¿Que cosas te impiden pasar más tiempo con Él?
Escrito originalmente para Aviva Nuestros Corazones

lunes, 16 de febrero de 2015

Consejos para glorificar a Dios en tu vida diaria.

                Consejos para glorificar a Dios en tu vida diaria

Por Enrique Oriolo.


Comienza el día correctamente.

Al despertar, reconoce que es el Señor quién te ha creado y regalado un día más de vida, y que por sobre todo no te ha dado este día para gastar oxigeno, sino que Dios tiene un propósito para tu diario vivir y es para su propia gloria. Comenzar la jornada reconociendo eso te hará tener una perspectiva correcta, podrás pedir gracia en oración para morir a ti mismo, tomar tu cruz y caminar en pos de Jesús un día a la vez. Medita en estos versículos:
Esto traigo a mi corazón, por esto tengo esperanza: Que las misericordias del SEÑOR jamás terminan, pues nunca fallan sus bondades; son nuevas cada mañana; ¡grande es tu fidelidad! El SEÑOR es mi porción -dice mi alma- por eso en El espero. Bueno es el SEÑOR para los que en El esperan, para el alma que le busca. (Lamentaciones 3:21-25)
Oh SEÑOR, ten piedad de nosotros; en ti hemos esperado. Sé nuestra fortaleza cada mañana, también nuestra salvación en tiempo de angustia. (Isaías 33:2)
Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es el que prometió; (Hebreos 10:23)
Pues el amor de Cristo nos apremia, habiendo llegado a esta conclusión: que uno murió por todos, por consiguiente, todos murieron; y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. (2 Corintios 5:14-15)

Examina tus motivaciones a lo largo del día.

Tendemos a desviarnos con facilidad de las motivaciones correctas que deberían guiar nuestra vida, como las vías de un tren, firmes y apuntando a un destino, así deberíamos mantener firmes nuestra motivaciones de hacer lo que hacemos, no para nosotros mismos sino para la gloria de Dios.
Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. (1 Corintios 10:31)
Si buscamos nuestra propia gloria entonces cuando nos dañen buscaremos dañar, cuando sean injustos buscaremos nuestra redención devolviéndoles mal por mal. Pero si buscamos la gloria de Dios, bendeciremos cuando nos maldigan, haremos bienes a quienes nos hacen daño, y devolveremos bien por mal.
No debemos buscar nuestra propia justicia, sino reconocer que Jesucristo es nuestra justicia ante Dios y que ahora somos suyos y vivimos para Él.
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. (1 Corintios 6:19-20)

Ante toda decisión pregúntate: ¿Glorificará a Dios esto?

Por tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos, despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de El soportó la cruz, menospreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. (Hebreos 12:1-2)
Si nuestra meta fuera ganar una carrera de atletismo, deberíamos tomar decisiones todo el tiempo sobre qué cosas serían buenas para lograr tal fin y qué cosas no, deberíamos decidir sobre las comidas, el gasto del tiempo, del dinero, entre otros tantos.
De la misma manera te propongo que pienses a lo largo de tu día, antes de hacer esto o aquello, pregúntate: ¿glorificará a Dios? ¿me hace más semejante a Jesucristo? ¿haría Cristo esto o aquello? De esta manera tendrás un gran filtro que te ayudará a vivir para la gloria de Dios, no temas ser “menos beneficiado tú” si eso repercutirá en mayor gloria para Dios, ten el espíritu de Juan el Bautista ante Cristo: “Es necesario que El crezca, y que yo disminuya.”  (Juan 3:30). Vive para su gloria aunque mueras en pos de ello.
Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos; por tanto, ya sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. (Romanos 14:8)

Escoge servir antes que ser servido.

Cristo nos dejó el ejemplo de que el mayor de todos será el servidor de todos, no dudó en ceñirse su vestido tomar agua y una toalla y lavar el pies de sus discípulos.
¿Tienes el espíritu de servicio o esperas a que los demás lo tengan primero contigo? Deberíamos como cristianos ser activos a la hora de servirnos los unos a los otros, si eres esposo procura servir a tu esposa, si eres hijo sirve a tus padres, si eres empleado sirve a tus compañeros, y si eres jefe sirve a tus empleados.
Pero Jesús, llamándolos junto a sí, dijo: Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor, y el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo; así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 20:25-28)

Arrepiéntete y confiésate ante el Señor constantemente.

Fallarás. Eso te lo aseguro, pues si bien fuimos salvados de la pena del pecado (justificación), del amor al pecado (regeneración), ahora estamos siendo salvados del poder del pecado (santificación) y seremos salvados de la presencia del pecado (glorificación).
Aún no estamos en cuerpos glorificados, aún el pecado mora en nosotros (Ro. 7) y vamos a fallar en todas las cosas que mencioné anteriormente, por eso debemos arrepentirnos de una manera constante y permanente. Martin Lutero (1483 – 1546), el padre de la reforma protestante, dijo en una de sus famosas 95 tesis clavadas en la Catedral de Wittenberg: “La voluntad de nuestro Señor y Amo Jesucristo, es que toda la vida de los creyentes sea de arrepentimiento”.
Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. (1 Juan 2:1)
Si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad. (1 Juan 1:9)

Aférrate a cada instante de la gracia de Dios en Jesucristo.

“Gracia”. Una de las palabras más bellas de las Escrituras, ella debe ser la miel que endulce cada instante de nuestra vida, el arrepentimiento debe venir acompañado de una dosis de gracia,  recordándonos que no son nuestras obras las que nos justifican ante Dios, porque como dice la Escritura:“porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de El; pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado.” (Ro. 3:20). Sino que son las obras de Cristo las que nos han salvado, su vida perfecta sin pecado sin mancha ofrecida por pecadores injustos y perversos.
Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. (Efesios 2:8-9)
Hemos sido salvados por la gracia de Dios, no porque lo merezcamos ni porque Dios vio algo en nosotros que nos hizo dignos de su salvación, sino por una razón que habita en Él y que es oculta a nosotros.
Que nuestro corazón cobre ánimo, gozo y esperanza en tan maravillosa realidad que tenemos un Salvador, Jesucristo y que aguardamos con fe su segunda venida:
Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo. (Filipenses 3:20)

Conclusión.

Vive para la gloria de Dios cada día de tu vida, no esperes una vida fácil, ni esperes una vida sin sufrimientos “Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no sólo creer en El, sino también sufrir por El” (Fil. 1:29), las aflicciones ciertamente vendrán (Juan 16:33), estamos en el mundo pero no somos del mundo:
Yo les he dado tu palabra y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.  Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo. (Juan 17:14-18)
Vivamos con gozo los que hemos sido redimidos, y con una perspectiva real de la vida que Dios nos ha dado. Para su gloria.
Porque Jesús dijo:
El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán. (Mateo 24:35)
Publicado anteriormente para Todo el consejo de Dios.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Proverbios: una mini guía para la vida

                         Una mini guía para la vida
                                                        Por Tim Keller
Durante el último año en mi lectura bíblica diaria, he leído Proverbios 3 muchas veces, un pasaje que he estudiado y predicado en diversas ocasiones. Pero durante esta lectura, me di cuenta de que en Provervios 3:3-2 se pueden ver todos los temas del resto del libro, y por lo tanto, es una especie de mini-guía para una vida fiel. Hay cinco cosas que conforman una vida sabia y piadosa. Funcionan tanto como un medio de hacerse sabio y piadoso así como señales de que estas creciendo hacia tal vida.
1. Pon la confianza más profunda de tu corazón en Dios y en Su gracia. Cada día recuérdate de su amor incondicional y prometido para contigo. No pongas, por el contrario, tus esperanzas en ídolos o en tu propio desempeño.
La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón. Así hallarás favor y buena estimación, ante los ojos de Dios y de los hombres. Confía en el Señor con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propio entendimiento. (Prov. 3:3-5)
2. Somete toda tu mente a las Escrituras. No pienses que sabes más que la Palabra de Dios. Déjala influir en todos los aspectos de la vida. Conviértete en una persona bajo autoridad.
Y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas. (Prov. 3:5-6)
3. Sé humilde y dócil hacia los demás. Perdona y sé comprensivo cuando quieras ser crítico con los demas; disponte a aprender de otros cuando estos son quienes te critican.
No seas sabio a tus propios ojos; teme al Señor y apártate del mal. Será medicina para tu cuerpo y alivio para tus huesos. (Prov. 3:7-8)
4. Sé generoso con todas tus posesiones y apasionado por la justicia. Comparte tu tiempo, talento y recursos con los que menos tienen.
Honra al Señor con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos; entonces tus graneros se llenarán con abundancia y tus lagares rebosarán de vino nuevo. (Prov. 3:9-10)
5. Acepta y aprende del sufrimiento y las dificultades. A través del evangelio, reconócelos no como castigo, sino como una forma de purificación.
Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor ni aborrezcas Su reprensión, porque el Señor ama a quien reprende, como un padre al hijo en quien se deleita. (Prov. 3:11-12)
Mientras meditaba sobre estos cinco elementos —arraigados en Su gracia, obedeciendo y deleitándonos en su Palabra, humildes ante otras personas, con generosidad sacrificial para con el prójimo, y firmes en las pruebas— pensé en Jesús. El Nuevo Testamento nos dice que la “sabiduría divina” personificada del Antiguo Testamento es en realidad Jesús (Mt. 11:19.) Y me di cuenta de que a) Él mostró la máxima confianza y fidelidad a Dios y a nosotros al ir a la cruz, b) Él fue saturado y moldeado por la Escritura, c) Él fue manso y humilde de corazón (Mt 11:28 -30), d) Él, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, e) y Él llevó su sufrimiento, por nosotros, sin quejarse. Solo puedes crecer en estas cinco áreas si sabes que eres salvo por una gracia tan costosa. Esto nos mantiene lejos de los ídolos, de la autosuficiencia y el orgullo, del egoísmo y de derrumbarnos ante los problemas. Jesús es la sabiduría personificada, y creer en su evangelio trae estas cualidades de carácter a tu vida.
Por varias semanas he pasado tiempo orando por estas cinco cosas para mi familia y los líderes de mi iglesia. No hay mejor manera de infundir estas grandes cosas en tu propio corazón, que orar intensamente por ellas en la vida de aquellos que amas.
Publicado originalmente para The Gospel Coalition. Traducido por Alicia Ferreira.       Fuente: http://www.thegospelcoalition.org/coalicion/article/proverbios-una-mini-guia-para-la-vida