Preparados en Cristo para las tentaciónes
Dios nos ha dejado muchas herramientas en Su palabra para que podamos vivir de forma victoriosa en esta lucha diaria contra la tentación.
En tentación debemos refugiarnos en Cristo, solo él promete ser nuestra fuerza y salvación.
Una doxología a Recordar
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, 25al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.Reina Valera Revisada (1960). (Judas 24–25). Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.
¿Cuál fue el mal que hicieron Adán y Eva?
En el contexto de Génesis 3, dónde la caída del hombre hace que toda la raza humana quede bajo la condenación de Dios. Sólo por desobedecer un mandamiento…
Las maquinaciones de Satanás son muy claras para todos los que hemos sido tentados.
El corazón comienza a latir con mayor intensidad, fijamos nuestra vista, y el miedo nos comienza a embargar, y en ese momento cuando debíamos pedir ayuda a Dios preferimos luchar con nuestras propias fuerzas.
En el deseo de ser santos debemos luchar y huir cuando sea necesario, sin duda la Sangre de Cristo nos limpiará de todo pecado pero recuerda que no tendrá por inocentes al culpable.
Es posible encontrar la similitud que tiene cada tentación y los pasos que vemos en el Génesis 3:1-5, antes de cometer una rebelión en contra de Dios.
En este acto de desobediencia del mandato de Dios podemos ver alguno pasos:
- Eva está sola sin la protección de Adán.
- Eva habla con un extraño animal.
- Eva se queda a escuchar los argumentos del diablo
- Eva no pide ayuda a su esposo.
- Eva no clama a Dios quien ciertamente iría a salvarla.
- Eva se queda meditando en las palabras del diablo.
- Eva comienza a mirar el objeto prohibido por Dios y se queda mirando por cuanto le agradó a la vista.
- Eva se da cuenta que era bueno y le daría beneficios.
- Tomó del fruto que se le dijo que no tocara.
- Comió del Fruto que se le dijo que no comiera y lo compartió con su marido.
Los métodos usados por el Diablo para hacer caer a Adán y Eva en el huerto del Edén, son los mismos que usa el Diablo hoy para tentarnos, pero está en la sóla gracia de Dios el concedernos la victoria en las tentaciones, y esta es una lucha que un día acabará cuando estemos con nuestro Padre celestial, pero hoy debemos estar preparados para distinguir las artimañas y engaños que usará el Diablo para hacernos caer.
Estos pasos son conocidos para nosotros ya que toda la vida antes de caer en la tentación nos pasa lo mismo, dejamos la comunión con Dios, estamos con nuestra mente ociosa, y no estamos alerta. El Diablo sabe esto y es por eso que Cristo nuestro Salvador, nos recuerda:
Que clamemos a Él
Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno. (Mateo 6:13)
Estar alertas y en comunicación con Dios.
Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil. (Mateo 26.41)
¿De qué modo somos culpables del mismo pecado?
Al ser los primeros padres de la raza humana los cuales transgredieron el mandamiento de Dios, la condenación y el castigo de Dios pasó a toda la raza humana de modo que todos hoy sabemos que hemos de morir, es por causa del pecado, como afirma Romanos 5:12, de este modo todos los hombres nacemos con el germen del pecado incrustado en el centro de nuestro corazón, y necesitamos un salvador para poder ser libres de la condenación eterna del pecado, el cual Dios se encargará de juzgar como Dios Justo.
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. (Romanos 5:12)
¿Qué podemos hacer?
Solo el Evangelio de Cristo puede salvarnos, por los méritos de Cristo seremos justificado y salvados.
1 Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; 2 por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. 3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; 5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. 7 Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. 8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.Reina Valera Revisada (1960). (Romanos 5.1–11). Miami: Sociedades Bíblica Unidas.
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